¿Duelo en los perros? Esto es lo que mostró Amalia tras la muerte de Vito | Episodio 6

|

Tiempo de lectura 10 min

Cuando muere un perro, no es sólo el ser humano el que se aflige: las personas que se ocupan de perros a menudo se preguntan si el perro que queda también está afligido. Tras la muerte de Vito, experimentamos exactamente eso con Amalia: cambios que nos conmovieron y sorprendieron. Pero, ¿qué es exactamente el duelo en los perros?

En este artículo te acompañamos en nuestro viaje: Te contamos sinceramente lo que hemos observado con Amalia, cómo ha cambiado su comportamiento y qué tiene que ver realmente con el duelo. Como terapeutas del comportamiento canino y científicos caninos, situamos nuestras observaciones en un contexto científico.

Al final, no sólo queremos darle una visión personal, sino también consejos prácticos sobre lo que puede hacer si su perro pierde a un compañero.

¿Quién es Amalia?

Amalia llegó a nosotros aproximadamente un año después que Vito, y en realidad no estaba prevista. Estábamos perfectamente satisfechos con Vito como perro único. Pero por casualidad nos pusimos en contacto con un criador italiano de American Pitbull Terrier. Sólo queríamos aprender más sobre la raza, no buscar activamente un segundo perro.

Amalia ya nos llamó la atención durante esta visita, no sólo porque era mona, sino porque muchas cosas habían ido mal en su crianza. La madre era muy nerviosa, toda la camada estaba inquieta y, ya de cachorra, Amalia se mostraba agresiva con otros perros, lo que más tarde provocó heridas graves entre sus hermanos. Los anteriores dueños fueron incapaces de hacerse cargo de ella.

Tras algunas deliberaciones, decidimos llevarnos a Amalia a casa. Teníamos claro que no sería una perra fácil. Traía consigo "paquetes" genéticos y adquiridos. Pero queríamos darle la oportunidad de un hogar estable.

Cuando Amalia llegó, conoció a Vito, un perro al que le gustaba todo y a todos. No se necesitaban el uno al otro, no eran "almas gemelas inseparables", pero se llevaban bien. Vito era confiado, Amalia era nerviosa. Él era a menudo la influencia tranquilizadora que inconscientemente la tranquilizaba. Jugaban, convivían, a veces se gustaban, a veces se ignoraban... como es normal con muchos perros en hogares con varios.

Esta situación inicial dio lugar a una dinámica importante para nuestro tema: Amalia se orientó hacia Vito de muchas maneras. Él era su marco social, su ancla. El hecho de que él dejara de estar allí en algún momento también supuso un cambio enorme para ella, independientemente de que sintiera o no "pena" en el sentido humano.

Cita

¿Qué ocurre cuando muere un compañero canino?

La muerte de un perro no sólo cambia la vida cotidiana de los seres humanos, sino que el perro que se queda también siente ese cambio.
Pero cuidado: lo que interpretamos como "duelo" es más complejo desde el punto de vista de la biología del comportamiento.

Una diferencia decisiva entre humanos y perros es la comprensión cognitiva de la muerte y la transitoriedad.
Los seres humanos sabemos lo que significa la "muerte". Nos damos cuenta de la pérdida final, pensamos en el pasado y en el futuro, desarrollamos aflicción, sentimientos de culpa y recuerdos.
Los perros, en cambio, están muy centrados en el aquí y el ahora. No se dan cuenta de que el congénere muerto nunca volverá. Pero perciben que algo ha cambiado:

  • Olor: Un perro muerto huele diferente. El proceso de descomposición comienza, el metabolismo y la química corporal cambian - los perros son extremadamente sensibles a esto.

  • El comportamiento humano: Los perros perciben cambios sutiles en nuestro lenguaje corporal, voz, nivel de estrés u olor. Cuando estamos llorando, afligidos o desesperados, el perro lo percibe claramente.

  • Cambio de rutina: De repente sólo hay un cuenco, falta un Collar, desaparece un compañero social conocido para los paseos, se rompen los rituales.


El principal malentendido: los humanos solemos proyectar nuestro dolor en el perro. Imaginamos que tienen las mismas emociones que nosotros.
En efecto, los perros experimentan el cambio, la incertidumbre y el estrés, pero sin la dimensión mental que añadimos los humanos.

Para las personas que trabajan con perros, esto significa observar exactamente dónde el perro necesita realmente apoyo y dónde nosotros mismos tenemos que reaccionar con más sensibilidad.


¿Qué dice la ciencia?

Hay estudios apasionantes al respecto. Una encuesta de 2016 (Scientific Reports) mostró que alrededor del 86 % de los propietarios de perros notaron cambios de comportamiento en su perro cuando murió un compañero canino.

Los cambios más frecuentes fueron: Pérdida de apetito, inquietud, aumento de la conducta de abstinencia, aferramiento y problemas de sueño.


Pero la ciencia está de acuerdo en que hay que tener cuidado. Los perros no se afligen como los humanos: reaccionan sobre todo al cambio del entorno social.
Mientras nosotros nos quedamos atascados en las emociones, los perros suelen buscar instintivamente una nueva estabilidad. Se adaptan


Importante saber
Los perros no reaccionan ante la muerte en sí, sino ante:

  • el cambio de la estructura social

  • el cambio de comportamiento de sus cuidadores

  • Estímulos estresantes como el llanto o una vida cotidiana caótica.

  • la pérdida de rituales que proporcionan seguridad

Esto significa que un perro que de repente come menos no tiene por qué estar "triste" porque entienda la pérdida - a menudo el competidor social de la comida simplemente desaparece, o el estrés en el hogar tiene un efecto estresante.

¿Qué hemos observado con Amalia?

Tras la muerte de Vito, el comportamiento de Amalia cambió a varios niveles, pero no siempre de la forma que muchos esperarían.

Amalia no mostraba una tristeza evidente. No yacía lloriqueando en un rincón, no rechazaba la comida, no se retraía por completo.
Pero estaba mucho más interesada en estar cerca de nosotros.
Quería tumbarse más cerca de nosotros, venía a abrazarnos más a menudo y nos seguía de habitación en habitación.
Esto no nos indica necesariamente que Amalia esté "afligida", sino que ha percibido el cambio en nuestro comportamiento y busca estabilidad.

Si su perro se vuelve más afectuoso tras la pérdida de un congénere, no lo tome sólo como "duelo", sino como una búsqueda de orientación. Cíñete a las rutinas, mantén la calma, dale seguridad.

El comportamiento de Amalia al Alimentación fue especialmente emocionante.
Antes, la alimentación era a menudo estresante: dos perros, dos cuencos, una sutil competición. Amalia engullía su comida, a menudo nerviosa, siempre con un ojo puesto en Vito.
Empezó de repente tras la muerte de Vito:

  • comer más despacio,

  • Masticar más tranquilamente,

  • tomarse más tiempo.

No lo interpretamos como un duelo, sino como una adaptación a las nuevas condiciones: menos presión social, menos estrés.

Algunos cambios que parecen una aflicción son en realidad adaptaciones a un entorno más relajado. Esto es especialmente cierto en el caso de los perros sensibles que reaccionan con fuerza a la dinámica social.

Otra observación: de repente, Amalia empezó a soñar intensamente.
Esto solía ser más cosa de Vito: ladraba, se retorcía y "corría" dormido. Amalia, en cambio, era más bien tranquila.
Desde la muerte de Vito, sueña mucho más, a veces tan intensamente que nos despertamos por la noche para ver cómo está.
Esto es interesante desde un punto de vista cinológico: los perros procesan las experiencias mientras duermen, especialmente la excitación emocional. Estrés, cambios, nuevas dinámicas cotidianas... todo esto se "ordena" por la noche.

Soñar no es motivo de preocupación, sino un comportamiento normal de procesamiento del estrés.
Sin embargo, si el perro sigue inquieto, come mal o parece enfermo, consulte a un veterinario o a un especialista en comportamiento.

slide 5 to 7 of 8

Lo que la gente de perros debe saber sobre el duelo y la muerte en los perros

Cuando un perro muere, no sólo nos deja un vacío a los humanos. El perro que queda también siente que algo ha cambiado.

Se podía sentir en Amalia. Olfateaba, buscaba, se orientaba... ¿pero estaba triste? Esa es la pregunta que nos hacíamos.

Desde el punto de vista de la biología del comportamiento, una cosa está clara: los perros viven el aquí y el ahora. No tienen el concepto de "se ha ido para siempre". Se dan cuenta de que falta el olor, falta el cuerpo familiar, faltan los sonidos, pero no pueden asociarlo con una despedida definitiva.

Los humanos, en cambio, vivimos con el recuerdo y la idea de la pérdida. Sabemos que Vito no va a volver. Amalia sintió nuestro dolor, nuestra pesadumbre, nuestro cambio... y reaccionó ante ello.

A veces se sentaba muy cerca de nosotros, a veces parecía casi tonta, como si intentara distraernos. ¿Era comodidad? ¿Era puro oportunismo? Probablemente ambas cosas. Los perros son animales sociales: reaccionan con fuerza a lo que ocurre en el grupo.

La diferencia central:

  • Lloramos con la cabeza y con el corazón.

  • Los perros reaccionan a los cambios de su mundo con su comportamiento, su lenguaje corporal y su olfato.


Eso no significa que los perros no sientan nada. Sienten mucho, pero de forma diferente.
Esto debe respetarse: no humanizar, pero tampoco devaluar.

Diferencia entre duelo y cambio de las condiciones cotidianas

Muchas personas con perros se preguntan: ¿está mi perro de duelo o ha cambiado de repente su vida cotidiana?

Se trata de una distinción importante, y la experimentamos de primera mano con Amalia. Cuando Vito dejó de estar allí, todo cambió para ella:

  • De repente, le prestaron más atención.

  • Ya no había competencia por la comida.

  • Se le permitía estar en el sofá más a menudo porque ya no teníamos que prestar tanta atención a la higiene como hacíamos con Vito con sus quejas.

  • Los paseos eran más relajados porque ya no teníamos que atender a dos necesidades muy distintas.


Todo esto hizo que Amalia pareciera más tranquila y relajada, pero ¿se trataba de duelo? Los cambios de comportamiento tras la pérdida de un perro suelen ser una mezcla de reacciones de duelo (por ejemplo, comportamiento de búsqueda, inquietud, disminución del apetito) y adaptación a la nueva vida cotidiana.
Los estudios (por ejemplo, 2016, Universidad de Milán) muestran que el 86% de los propietarios de perros perciben los cambios, pero no todos los cambios significan automáticamente "aflicción emocional".

Los humanos tendemos a imponer nuestras emociones al perro: "¡Oh, debe de estar sufriendo igual que nosotros!".
Pero los perros no tienen un concepto cognitivo de la muerte. Perciben los cambios, huelen al perro desaparecido, sienten nuestro dolor... pero no están atrapados en un bucle de cavilaciones. Y sin embargo, experimentan la pérdida. Perciben que falta un compañero social, huelen la diferencia, sienten el cambio en la estructura.

Si el perro fallecido era un compañero social importante, un apoyo, un ancla de seguridad, las reacciones pueden ser muy fuertes.
Esto puede manifestarse como:

  • Comportamiento de búsqueda (buscar repetidamente el lugar del otro perro, deambular).

  • Retraimiento o aumento del apego .

  • Rechazo de alimentos .

  • Inquietud, alteración del ritmo del sueño, aumento de los gemidos.


En los hogares con varios perros suelen formarse estructuras fijas: un perro proporciona seguridad y el otro se orienta. Si de repente falta este ancla, el otro perro puede entrar en una especie de estado de estrés que exteriormente parece "tristeza".

No debemos limitarnos a trasladar nuestros sentimientos humanos ("debe de estar increíblemente triste"), sino que debemos notar los cambios de comportamiento y tomarlos en serio. Un perro que ya no come, no quiere salir, parece apático o busca con ahínco necesita apoyo: estabilidad, rutina, actividad... y, a veces, ayuda externa.

Amalia nos ha demostrado de manera impresionante lo diferente que pueden reaccionar los perros ante la pérdida de un compañero. Ella no se "afligió" como un humano. No hizo ningún duelo consciente, ni lloró, ni meditó, ni desapareció en el sentido humano.

Y, sin embargo, su vida ha cambiado.
Tenía más paz y tranquilidad al Alimentación. Más cercanía a nosotros. Menos sensación de tener que vigilar.

Esto nos demuestra que muchos cambios de comportamiento tras la muerte de un perro no son un duelo directo, sino una reacción a cambios en las condiciones cotidianas. Estos cambios pueden ser positivos o negativos, y son totalmente individuales.

Al mismo tiempo, hay perros que necesitaban a la pareja fallecida como apoyo: por estabilidad, por estructura, por seguridad social. En estos casos, la pérdida puede provocar inseguridad, inquietud y, a veces, incluso depresión.


Cómo puede ayudar a su perro

  • Mantener las rutinas o crear nuevos rituales.
    Los perros necesitan estabilidad, sobre todo ahora.
  • Observación consciente.
    No todos los cambios son malos, pero algunos necesitan apoyo.
  • No humanizar.
    Los perros viven el momento. Perciben la pérdida de forma diferente.
  • Reflexiona sobre tu propio dolor.
    Nuestro comportamiento cambia, y los perros reaccionan ante ello.
Lui y Paulina con el perro del alma Vito y amalia

Sobre Vitomalia y los autores Lui & Paulina

El nombre Vitomalia procede de los nombres de sus dos queridos perros: Vito y Amalia. Vito, un perro sensible y alegre, acompañó a Lui y Paulina durante muchos años de formación. Tras una larga y grave enfermedad, tuvieron que dejar marchar a Vito con el corazón encogido el 14 de febrero de 2025.

De esta pérdida surgió el deseo no sólo de procesar la experiencia para sí misma, sino también de dar a otros propietarios de perros valor, conocimiento y consuelo - así nació el podcast, como una forma de hacer frente al dolor y al mismo tiempo como una plataforma para hablar de la tenencia de perros como realmente es: llena de amor, desafíos y crecimiento.

Lui es deportista y Paulina psicóloga. Su pasión común por los perros les unió. Una afición se convirtió en vocación: Lui se formó como terapeuta del comportamiento canino, Paulina se especializó en ciencia canina. Trabajaron juntos como adiestradores de perros durante muchos años, hasta que se dieron cuenta de la gran necesidad de equipamiento canino sensato y seguro.

Esta idea dio lugar a la tienda online Vitomalia, que hoy es su principal objetivo. Pero su pasión por la estrecha colaboración entre humanos y perros sigue intacta. En su podcast, Lui y Paulina comparten sus experiencias, sus conocimientos cinológicos y quieren transmitir una visión honesta y realista de la tenencia de perros: sin filtros, sin clichés, pero con el corazón y la mente.

slide 6 to 8 of 6
Item is added to cart